Las podemos encontrar en todos los ambientes: desde las ruidosas ciudades, hasta en los bosques, selvas, montañas y desiertos, entre otros.
Dentro del Reino Animal, las aves son las únicas que tienen su cuerpo cubierto de plumas. Además, tienen la capacidad de mantener su temperatura corporal constante como nosotros (endotérmicos), lo que les permite vivir en lugares con diferentes temperaturas.
Las aves poseen un pico córneo sin dientes, a través del cual se alimentan y comunican, y que se ha adaptado a los múltiples biomas poblados por estos animales, de los más diversos y numerosos del mundo entero. Sus formas son igualmente variadas, yendo del diminuto colibrí (6 centímetros y medio) hasta el gigantesco cóndor andino (130 centímetros de envergadura) o el avestruz (280 centímetros de alto).
Al igual que los peces, anfibios y reptiles, las aves nacen de un huevo (ovíparos), los cuales incuban y cuidan hasta que nace el polluelo.
Otra característica de las aves es que su principal medio de locomoción son sus alas, lo que les ha permitido colonizar casi todos los ecosistemas del mundo. Aunque un dato interesante es que no todas las aves son capaces de volar, pero muchas nadan, planean, saltan o incluso corren velozmente.
Evolución
Si bien hay diversas teorías respecto al origen de las aves, la de mayor aceptación apunta a que provienen directamente de los dinosaurios, siendo el grupo animal existente más cercano a los deinonicosaurios, que junto a los dromeosáuridos y troodóntidos constituyen el grupo de las paraaves.
En la formulación de estas teorías evolutivas fue clave el hallazgo del fósil de Archaeopteryx de Berlín, un dinosaurio del jurásico superior cuyo cuerpo envuelto de plumas estaba torcido en una manera muy similar a las observables en los cadáveres de aves modernas. Aun así, se sostiene que el ancestro aviar más plausible descubierto sea el Avimimus de finales del período cretácico.
Alimentación
La dieta de las aves puede ser sumamente variada, oscilando entre néctar, frutas y vegetales, hojas y semillas, insectos, hongos, carroña y animales pequeños: peces, roedores, reptiles e incluso otras aves o sus huevos.
La enorme diversidad aviar les ha permitido, además, adaptar sus picos a su fuente nutricional dilecta, rasgo sumamente evidente en especies como el carpintero, el pelícano o el colibrí. Sus necesidades nutricionales, de cara al vuelo, son altas, así que han desarrollado un rápido modelo digestivo.
Al no poseer dientes, las aves no pueden masticar sus alimentos, por lo que disponen de un sistema digestivo adaptado para la digestión de trozos enteros, a menudo sirviéndose de pequeños pedruscos que tragan y almacenan en la molleja, para triturar los alimentos y facilitarse la digestión.
Reproducción
Las aves son ovíparas, de modo que una vez fecundada durante el coito, la hembra pone huevos provistos de un caparazón calcáreo, que luego son empollados hasta el instante de su eclosión.
Lo interesante del coito de las aves son sus complejos rituales de apareamiento, en los que el macho usualmente atrae a la hembra haciendo gala de los colores de su plumaje, su canto e incluso construyendo el mejor nido posible con ramas y material que recoge de los alrededores.
El 95% de las especies de pájaros son monógamas, lo cual permite un extenso cuidado biparental hasta echar adelante la nidada. De esa manera, además, se puede defender el territorio alrededor del nido, garantizando el alimento de los polluelos.
Y para que no dejes de sorprenderte te compartimos que no todas las aves son pájaros. Las aves que cantan son a las que llamamos pájaros y tienen una estructura especializada para cantar que se conoce como siringe. Hay otras aves que solo emiten sonidos que no son musicales.
¡Te dejamos aquí nuestra guía de aves para que la aproveches en todos tus avistamientos!
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Fuentes: «Aves». Autor: Julia Máxima Uriarte.